¿Quién eres tu para decirme _________? Pues ¿quién eres tú para preguntarme? No, no, yo pregunte primero ¿Y quién eres tú para preguntar primero? Pues ¿quién eres tu para preguntarme?
El mundo del hombre está sostenido por frágiles engaños.
El engaño básico del hombre es el concepto de engaño, presupone una verdad.
Toda verdad es convencional.
Toda mentira es convencional.
Todo lenguaje es convencional.
El lenguaje es un instrumento ideal para referirnos a las cosas, que no conocemos, es un instrumento tan sofisticado que hemos llegado a la conclusión de que el mundo (aquéllo que pudiera ser exterior a nuestro lenguaje y experiencia) no existe necesariamente y que de hecho es incognoscible
Desde la depresión las felicidades parecen engaños, ilusiones sospechosas. Y desde la felicidad la depresión parece un estado estúpido, creativo, pero terriblemente estúpido.
Desde la depresión la depresión duele, pero también parece dolorosamente honesta. Desde la felicidad no puede decirse mucho sobre la felicidad (la reflexión es intrínsecamente depresiva) pero a veces el universo parece tener sentido.
La duda duele.
¿La duda existe?
Ooootra vuelta... Otra vuelta... Otra vuelta.
¿Y quién eres tú para dudar? Lo mejor de la respuesta a esta pregunta es que es el inicio para dar respuesta a las demás. O qué, ¿te atreves a dudarlo? Otraaa vueeelta oootra vueeeelta.
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